Tengo las palabras atragantadas;
abro la boca, y nada.
Quiero,
pienso,
siento,
padezco.
Tengo las palabras atragantadas;
y eres tú quien no me permite sacarlas.
Esclava de los silencios
funambulista de medias verdades.
Dices tener razón
desde donde empiezan
hasta donde terminan
mis males.
Tengo las palabras atragantadas
y no me ayudas a liberarlas.
Piensas,
sientes,
padeces.
Lo tuyo siempre.
El dolor me socava,
me hunde,
me humilla
y me rebasa.
Lo tuyo siempre.
Es tu inmovilismo una jaula;
de grilletes gruesos
y gruesas amenazas.
Derramo lágrimas como
un cántaro a rebosar.
Que cargo yo sola,
mi cántaro de agua.
Tengo las palabras atragantadas
y me olvido de mis demonios.
Lo tuyo siempre.
Somos las mujeres
quienes ni sienten,
ni padecen.