Cuando te miro a los ojos
veo un «Te amo»;
cuando tus ojos me miran
ven un «Para siempre».
Y por ello,
te confieso
que te adoro
que te anhelo.
Eres mi tesoro sumergido
entre las sábanas,
entre las corrientes,
de nuestra cama.
Hundámonos en sus profundidades
y olvidémonos de
todo,
y nada.
Hasta darnos cuenta de
que nuestros corazones
comparten los mismos latidos
de una misma alma.
0 naufragios:
Publicar un comentario