De entre todos los trabajos, de entre todas las posiciones; elegí ser princesa. Elegí ser hermosa y etérea; deslizarme por las nubes cual crisálida mariposa, y volar. Y volar. Y volar.
Y olvidarme de las penas del mundo; viendo, únicamente, lo hermoso que es el cielo. Confundirme, en él, con las nubes de olor a algodón de azúcar. Vivir en las estrellas. Ahogarme en los océanos de Marte.
De todos los trabajos, de entre todas las posiciones; elegí ser sacerdotisa. Elegí ser la emperatriz de un templo olvidado, de paredes de roca, decorado con madreselvas.
Y olvidarme del tedio de la existencia; sumergiéndome, ansiosa, en la plenitud de un campo de lirios. De rosas. De girasoles. ¡De flores!
Quisiera ser tan alta como la luna...
¿Y tú?, ¿qué elegiste ser?
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