Y la vida sigue....



La chica contempló, entonces, al cuerpo desmadejado y roto de aquella persona que tanto amó. Él había muerto; ahora era únicamente un pesado pelele de carne en camino a la descomposición. La mujer se aferró a él con fueza, sollozando frenética; como si con su desgarrador llanto consiguiera que él regresara a la vida.

—Por favor... —murmuraba ella, meciendo lentamente en su descorazonador dolor al cuerpo del chico—. Por favor...

Aquellas palabras eran una vehemente súplica para que el corazón de él volviera a funcionar. Para que su alma regresara nuevamente a su cuerpo. Para que volviera a besarla, a abrazarla, a decirle «Te quiero». 

Con los ojos hinchados, rojos y húmedos, la mujer vislumbró al cadáver, y llegó a la conclusión de que en aquel instante sólo se podría animar pensando que tal vez, cuando ella también falleciera, estarían juntos. Pensando que sus almas se unirían y crearían a un único ente. Pensando que entonces ambos serían felices y no tendrían que preocuparse por nada más.




 

1 naufragios:

Níniel Thuringwethil dijo...

Emotivo, muy intenso. Todavía me sorprendes, porque puedes decir mucho en pocas palabras.

&La canción casi ha hecho que se me salen las lágrimas.

 
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