Frente a mí se extiende el vacío.
Todo lo que me rodea es una gran extensión de tierra infértil;
no hay ni casas, mi plantas.
Ni árboles o personas.
Asustada, empiezo a correr;
en busca de algo muy importante,
pero el caso es,
que no sé qué es.
Aquel algo es lo que me permitirá huir de aquella pesadilla;
la llave que abrirá la puerta de salida
de aquel terreno olvidado.
Pero sigo sin saber qué es.
Empiezo a caminar en círculos;
puesto que todo el terreno es igual,
no tengo ni la más remota idea,
de si avanzo.
Sollozo llena de impotencia,
de pánico,
de terror, de ira...
Pero ninguna palabra sale de mi boca.
Yo...
El desgarrador silencio que me rodea,
juega con mi estado de cordura;
riéndose de mí.
¿Dónde estoy?
No lo sé.
Para salir de aquí;
debo de averiguar el sonido del silencio.
Porque algo, es aquello
que nos permite hablar.